El sexting
Desde el surgimiento de los teléfonos celulares hasta el desarrollo de los smartphones han surgido peligros a partir de su uso. Uno de los más actuales es el Sexting, cuyo riesgo alcanza tanto a niños como adolescentes.
Se denomina sexting a la actividad de enviar fotos, videos o mensajes de contenido sexual y erótico personal a través de dispositivos tecnológicos, ya sea utilizando aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales, correo electrónico u otra herramienta de comunicación.
La palabra sexting es un acrónimo en inglés formado por `sex´ (sexo) y `texting´ (escribir mensajes).
Causas
Las causas de esta actividad son variadas: van desde iniciativas personales hasta incentivos externos. Los que las engloba a todas ellas es el desconocimiento o ignorancia de las consecuencias de enviar un contenido íntimo mediante un dispositivo tecnológico.
se pueden destacar las siguientes:
- La relación amorosa es la causa principal y más común de esta práctica, donde los miembros de la pareja son tanto emisor como receptor.
- El contexto cultural en el que crecen muchos adolescentes, con un marcado culto al cuerpo, a las celebridades, y en el que los medios de comunicación de masas promueven esos y otros valores como por ejemplo la competitividad en todos los órdenes de la vida.
- A causa de amenaza, chantaje, intimidación o persuasión. En el caso de que se trate de una persuasión a un menor podría tratarse de Grooming.
- Bajo la influencia del consumo de alcohol y/o drogas tanto en mayores como menores de edad.
Según un estudio publicado por la revista JAMA Pediatrics, de 110380 participantes menores a 18 años, la edad promedio de jóvenes que practican sexting fueron de 15.16 años (rango de edad, 11.9-17.0 años), y en promedio 47.2% eran hombres, con una mayor prevalencia en dispositivos móviles en comparación con computadoras.
Estas han traído nuevos hábitos y costumbres a la vida cotidiana del hombre, entre ellas el uso regular de aplicaciones de mensajería instantánea y redes sociales. Además, la abundancia de los dispositivos tecnológicos y su creciente uso ha provocado que sea normal que un niño tenga un teléfono móvil a partir de los 10 años. Estos factores, sumados a la inocencia de los niños y la influencia del culto a la imágen en las redes sociales los pone en grave peligro.
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